Finalmente, tomo el timón de mi vida

Siempre he soñado que manejaba un automóvil, que conocía muy bien los cambios, que aceleraba con premura y me dirigía a destinos incomprensibles. No importa cuántas veces quise aprender a manejar, siempre se interponía algo en mi camino, y pasaron años sin poder lograrlo.

Veía el hecho de conducir como algo imposible, tenía miedo, quería renunciar a ese anhelo. Pero no suelo renunciar, siempre veo una manera, una forma de salir de los problemas; así que tomé la decisión y me embarqué en una nueva aventura, la de conducir un auto.

Mi padre tiene un auto negro, es pequeño y confortable, y siempre me ha llevado a todas partes. Pero no me agrada depender de nada ni de nadie, por ello me matriculé en la escuela de manejo y no fue sino hasta hace tres días que aprobé mi examen práctico. Fue una odisea tremenda, levantarse a las cinco de la mañana para llegar a tiempo a las prácticas previas, familiarizarse con el auto que me iba a tocar, esperar horas en el sol y finalmente, tomar el timón de mi vida y dirigirme hacia la independencia.

Hoy por la tarde me entregan mi brevete, podré ir donde quiera sin pedirle a nadie que me lleve. Tal vez no es gran cosa para muchos, para mí es un gran logro, porque era una proeza imposible.

Ahora se me presentan otros retos, debo seguir con mi vida y tomar un rumbo diferente, seguramente todo se pondrá más arduo, y me tomará tiempo sanar y seguir adelante, acostumbrarme a las nuevas formas, a los nuevos lugares; completamente sola.

En este momento, aquí y ahora, me declaro una persona completamente sana y absolutamente libre. No hay nada que me detenga, nada que pueda interferir entre mi horizonte infinito y yo.

Seguramente estaré bien, y dejaré atrás los problemas antediluvianos que no me dejaron avanzar, que persistieron con fiereza, que me enfermaron, que aún hoy lo siguen haciendo. No importa, sabré salir de todas las dificultades, sola, sin ayuda, sin pedirle a nadie nada, porque sé que nadie me brindará una mano amiga, porque nunca nadie lo hizo, porque el mundo es un lugar egoísta y sordo.

Tengo la consciencia tranquila, siempre he ayudado a quienes me lo pidieron, a pesar de que no lo merecían y ni las gracias me dieron. Pero yo no puedo ser igual de malvada que todos, soy diferente, nací así, con el don la palabra, con la generosidad a flor de piel, con muchas cosas hermosas que nadie valoró ni lo hará, porque he nacido para estar sola, para navegar la eternidad y fundirme con el cosmos, y transformarlo todo, y proclamar este día como el día más jubiloso de toda mi vida.