LA MUJER QUE NO QUERÍA SER HEROÍNA (NI MUJER)

Después de todos los moldes que me estampan por la cara, prefiero no seguir ninguno.

Pero esta afirmación es mucho más que solo dar la contra.

Se trata de caminar por un sendero oscuro.

De encontrar la luz en donde nadie ha prendido una vela.

De ser antorcha y fuego al mismo tiempo.

Es como vencer la muerte, vencer la locura, vencer la miseria.

Mi biología me dicta que soy mujer.

Nunca me he sentido parte de una categoría, género, grupo o multitud.

Así que no quiero ser de ningún sexo.

Y no me place ser héroe de mis sueños.

Dicen que tengo que aspirar a ser madre y esposa.

Que no me puedo quedar sola.

Y como no me place seguir esa consigna, tampoco quiero ser heroína.

Tengo miedo, lo sé.

Porque cuando estoy sola, las voces me visitan.

Pero sé que puedo hallar una manera de acallarlas, de escucharlas, de vivirlas.

Se llega el ocho de marzo,

y por primera vez quiero celebrar,

celebrar que no soy mujer,

o que lo soy,

pero celebrar que de alguna manera

permanezco fiel a mi esencia,

a mi inteligencia,

que jamás renunciaré a lo que soy,

por nadie, por nada;

que me escapé de mi útero,

y soy libre como nunca antes.

No soy ejemplo de nada,

no quiero que aceptes lo que digo,

busca tu propio sendero,

y nunca sigas la moda,

porque es una trampa para someterte.

De este modo me despido,

pero volveré para emitir mi alarido,

soy la mujer que no quería ser heroína

ni mujer.

---
Este mes de marzo de recomiendo leer mi novela EL GUARDIÁN DEL PLANETA DÉLFICO, una historia de amor diferente, de búsqueda espiritual, de develación de misterios de la existencia, de fortaleza y coraje. Encuéntrala en Amazon.