En el fuero interno yace una voz, puede o no ser producto de la esquizofrenia, pero es una voz que dicta un anhelo, un deseo verdadero, el cual está muy lejos de lo que planeamos para nuestra vida.
En nuestra vida cotidiana, buscamos impresionar, que nos admiren, que nos consideren importantes. Queremos probar algo, demostrar que valemos, que somos especiales.
Y en ese afán, hacemos lo que se considera "correcto" (estudiar una carrera, tener un buen trabajo, tener mucho dinero, casarse, tener hijos, etc.).
¿Qué pasaría si dejáramos de buscar la aprobación ajena?
Si inventamos nuestra propia manera de vivir.
Si escucháramos esa voz interna que está pidiendo a gritos que seamos auténticas.
¿Hacia dónde llegaríamos si dejamos de hacer lo que todos hacen, leer los libros que todos leen, tener las mismas aspiraciones que todos tienen?
En mi caso, sé que debo aspirar a que mis libros sean publicados por una editorial de prestigio, en el mejor de los casos, que lleguen a todas las librerías importantes y se coviertan en best sellers. Sé que debo seguir el camino tradicional para una "escritora de éxito". Sin embargo, me pregunto, ¿es lo que realmente deseo?, ¿es lo que mi voz interior me está diciendo?
Por un lado, lograr tal hazaña sería más que imposible, porque mi carácter rebelde no se subyuga ante lo políticamente correcto, y además, las grandes editoriales buscan autores famosos que ya están posicionados, que ya tienen muchos seguidores en redes sociales. Así que solo me quedaría autopublicarme.
Por otro lado, sería muy alentador enviar mi manuscrito y que no fuera rechazado o ignorado, sino considerado para ser publicado.
Pero el objetivo no es buscar motivación, es develar mi verdad, mi esencia, mi deseo prístino.
Así que se me presentan dos caminos, y como no deseo elegir de entre lo que hay (como dicen, "es lo que hay, y hay que conformarse"), inventaré un camino a mi medida, uno que realmente me pertenezca, que responda a mis verdaderos deseos, que sea un eco de mi luminosidad, donde por fin encuentre reposo, donde se encuentra mi liberación.
Aún no sé qué implican estas palabras, me hallo en terreno desconocido, pero estoy con muchas ganas de disfrutar el trayecto, de observar el paisaje exótico, de disfrutarme toda, entera, sin límites ni autocompasión, sin arrepentimientos, con esperanza, sin temor.
Cuando converso con mi madre, siempre me dice que debo desarrollar al máximo mi don, que para ella es la escritura. Yo pienso que mi don va más allá de escribir libros, tiene que ver con algo que sobrepasa mi imaginación.
© Karina Luz
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