ASESINATO

ASESINATO

El ratón se revolvía de dolor y angustia

mientras yo lo acuchillaba con furia

como quien va expulsando al maligno

que viene a ocupar la casa limpia.

Criatura rastrera, 

fuente de gérmenes y suciedadades,

descargué mi frustración en tu cráneo,

en medio de tus heces inmundas,

acumuladas en tu escondite hediondo.

Antaño, papá se encargaba de envenenarlos,

dejaba trozos de queso bajo la escalera,

o los pisaba con su bota de acero,

librándonos de roedores,

y de todos lo bichos indeseables.

Ahora que papá no está,

yo debo encargarme de estos asuntos,

he perdido el temor y la mesura,

y me desplazo como asesina serial,

de ratones, grillos y cucarachas;

recojo cadáveres de gatos

que aterrizaron en nuestra huerta por error.

Me decían que una mujer era delicada,

que debía casarse para no estar sola,

que su esposo debía mantenerla,

cuidarla

y someterla.

Pero nunca les creí;

a mis treinta y nueve años

estoy sola y convencida

de que mi fortaleza deja en ridículo

a cualquier hombre orgulloso

cuyo mayor logro es fingir 

ser el más fuerte

cuando todas sabemos

que incluso una flor

tiene más valor.

Solo tú fuiste la excepción,

me diste todas las armas,

me enseñaste el verdadero amor

y ya solo me queda esperar, con ansias

nuestra próxima reunión.

-KARINA LUZ