Mis aventuras en Tumbes

Después de haberme recuperado económicamente, decidí aventurarme hacia el horizonte una vez más. Esta vez elegí Tumbes, al norte del Perú, principalmente para tomar fotos en Zorritos. La paradoja es que terminé visitando los famosos Manglares, Puerto Pizarro, La Isla de los Pájaros y la Isla del Amor, menos Zorritos, balneario que solo vi de soslayo al entrar y salir de Tumbes en el bus.

Elegí Ittsa, empresa de transportes con varios años en actividad, y para mi sorpresa, ya no existen las terramozas, solo Ari, la "tripulante de virtual".

Y de pronto me di cuenta de que ya no soy tan joven y me llegó el futuro abruptamente. No me lo esperaba.

Poco después arribé a mi Airbnb, un minidepartamento en el segundo piso que iría a ocupar completamente sola, pues este viaje fue en solitario, a solas con Dios y los arcángeles.

No estaba cansada, estaba emocionada por tantas reflexiones que me asaltaban, así que decidí aprovechar en conocer la Plaza de Armas de Tumbes a primera hora de la mañana.

Era pequeña y pintoresca, e inmediatamente la comparé con mi amada Plaza Mayor de Trujillo, lo cual alimentó mi nostalgia.

Me encontré con un guía turístico y lo contraté para un tour. No había más gente, fue una experiencia doblemente solitaria, asombrosa.

En el trayecto, hubo algo de conversación, pero nada que podría interesarme, hasta que llegué a la Isla de los Pájaros.

Allí conocí al manglar, y quedé tan impactada, que más tarde me inspiré para escribir un poema, es el siguiente:

Poema a los Manglares 

Todos quieren alcanzar las estrellas,

Ascender hacia alturas ecuménicas,

Estirar su alma hacia el paraíso supremo,

Todos quieren ir hacia arriba, siempre arriba;

Menos tú manglar exótico

Que posas tus raíces dos veces,

Partes de las entrañas de la tierra,

Y mientras tus colegas se forjan con dirección al cielo,

Tú, manglar rebelde e indómito

Creces con dirección al suelo

Y no te importa lograr el éxito 

De las cumbres poderosas,

Prefieres la tierra mojada

Por el sudor y sangre de tus ancestros tumbesinos.

Te alimentas del sufrimiento

Convirtiéndolo en belleza aérea

Y te regocijas en el fango,

Haciendo de las profundidades tu hogar.

Qué admirable proeza norteña!

Y qué honor haberte conocido

No sé si te volveré a ver,

Pero una cosa es cierta:

Jamás te olvidaré.

Autora: Karina Luz

Leí en alguna parte que es buena idea visitar un lugar donde nunca hayas estado, por lo menos una vez al año. He aquí mi aventura anual, y que sean muchas más.

Al volver a casa, valoré enormemente mi vida, mi hogar, mi terruño y mi tienda Dabor. Este viaje fue como la poco conocida novela de George Orwell, Subir a respirar, porque nado entre sueños como pez bajo el agua y me place de vez en cuando asomar la cabeza hacia la superficie para dar una tremenda bocanada de aire fresco.

Sistema operativo vital recargado.

~Karina Luz